El manejo de los recursos marinos y costeros se ha centrado tradicionalmente en los aspectos biofísicos de los ecosistemas. Los arrecifes, los manglares, los peces y las propiedades físicas y químicas de los océanos. Hoy en día, los ecosistemas marinos y costeros están siendo amenazados por las crecientes presiones generadas por las actividades humanas. Por lo tanto, la dimensión humana de la gestión de los recursos marinos y costeros debe desempeñar un papel importante en el diseño y la implementación de programas de manejo que propicien el involucramiento de todas las partes interesadas, principalmente la participación comunitaria, y la gestión local. Esto es especialmente importante en países donde la gente depende de los ecosistemas marinos y costeros para la pesca de subsistencia y comercial, la protección costera, y la provisión de servicios turísticos, sin embargo, su comportamiento a menudo adversamente afecta la salud de estos ecosistemas.

El CEM reconoce la importancia de conocer y entender no sólo las condiciones biofísicas que determinan el estado de los ecosistemas y sus recursos, pero también las condiciones sociales y económicas, los contextos y las motivacionesn que se asocian con su uso. Por lo que, el CEM mediante el uso de herramientas de investigación social participativa realiza monitoreos socioeconómicos que además de evaluar las condiciones de vida de las comunidades locales, permite conocer sus percepciones sobre las acciones de manejo.

Las acciones de manejo de los ecosistemas marinos y costeros deben equilibrar el uso y la conservación de los mismos, de manera que el manejo sea sostenible. Por lo tanto, el análisis de las relaciones que existen entre el comportamiento humano y los ecosistemas es fundamental para orientar las acciones de manejo. La salud de los ecosistemas marinos y costeros se ve afectada por las actividades humanas, pero también los medios de vida y el bienestar de las personas que viven en las zonas costeras dependen de la condición de los recursos marinos. La interacción que existe entre los ecosistemas y sus usuarios varía de un área a otra, dependiendo de las condiciones sociales, económicas y culturales de las comunidades locales.